Del rugby aprendí una valiosa liturgia, útil bagaje para el resto de la vida cotidiana: Aprendí que quince empujan mas que uno, pero si si uno no empuja, el resto lo nota. Aprendí a callar, a bajar la cabeza con respeto sin sentirme menos que nadie, a ser honesto, y vaciarme para quedarme lleno. A comprender que por el simple hecho de formar en círculo, abrazando a tus compañeros, repitiendo la palabra humildad, humildad una y otra vez, ya has vencido; independientemente de que te dejen en cero o no. Aprendí que los pasillos son importantes. Sobre todo cuando has ganado y debes premiar el esfuerzo del otro equipo.
Yo que jugué al rugby, aprendí a saber aceptar sin quejarme; a no resignarme; a trabajar para saber lo que cuesta ganar un metro en silencio, y lo fácil que es perder diez por no saber callar. A respetar las decisiones de una forma férrea; a aplaudir los errores de mis compañeros, que también son los míos; y sobre todo
a levantarme cien veces.
Este deporte de rufianes practicado por caballeros, me enseñó valiosas lecciones. Muchas ajenas e incomprendidas a ojos de los no iniciados. A un día después lleno de dolores y magulladuras, feliz y realizado por la entrega, el compromiso, y muchas otras cosas que mi madre nunca entendió. A saber el valor de una áspera camiseta a rayas; malla del valor y el deber. A un tercer tiempo donde todo lo que queda son anécdotas, abrazos, caballerosidad, camaradería, risas, y un hasta la próxima.
Si alguna vez jugaste al rugby, siempre serás miembro de una familia sin fronteras, con una lengua, un pensamiento y una visión común. ¿El sitio?, da igual el lugar del mundo, ya no habrá barreras. Aún cuando lo hayas dejado, las rayas te perseguirán, reconocerás alguna camiseta en algún desconocido, y si le preguntás, ¿jugaste al rugby?, al instante estarás compartiendo una cerveza. Y… es que tal vez dejes de ser muchas otras cosas, pero ya siempre serás jugador de rugby frente a la vida.
Autor: desconocido
En Marca le dan los créditos a Rafael Muñoz Abad, del Club de Rugby Universidad de La Laguna.
Buenísimo!!
Como madre de un iniciado jugador al rugby… Una descripción estupenda de este deporte, hasta ahora para mi desconocido… Estoy descubriendo un verdadero deporte de equipo, ese es el espíritu de unidad, humildad y equipo que quiero que mi hijo absorba, y sobre todo que se divierta haciendo deporte, todo lo demás es secundario… no se si habré llegado tarde…(venidos de la decepcionante experiencia futbolera) pero voy a intentar que cuando sea mayor piense como German), el esfuerzo habrá valido la pena.